Hoy en día existen más buceadores de mayor edad. Están ansiosos por saborear su tiempo como buceadores activos, tan intensamente como sea posible.
Sus lugares de buceo, bien escogidos, a menudo les llevan a zonas tropicales y subtropicales por largos períodos de tiempo. Existen también más buceadores noveles de una edad avanzada, y no sólo en los safaris de buceo. Sabemos que los buceadores de más edad buscan más la diversión que la aventura. También se sumergen de forma más segura, ya que son más cautos y, generalmente, muy experimentados. También, en caso de limitaciones físicas, están más dispuestos a actuar con responsabilidad y aceptar restricciones en cuanto a sus actividades de buceo.
Con el envejecimiento, más enfermedades crónicas pueden asociarse a aquellas que precisan de medicación permanente. El medicamento debe ser compatible con el buceo. Esto también se aplica a las ayudas y dispositivos médicos, como el marcapasos.
En este caso, se requiere el asesoramiento del médico de buceo. Al examinar la aptitud para bucear, se debe considerar las limitaciones típicas relacionadas con la edad del paciente.
- Reducción de la aptitud física
- Reducción de la fuerza y resistencia
- Función pulmonar alterada
- Aumento de los tiempos de reacción
- Reducción de la resistencia al frío
La inmersión en sí ya puede provocar ciertas reacciones físicas. Esto puede tener un efecto desfavorable sobre todo en los buceadores de más edad:
- desplazamientos de los fluidos en el interior del cuerpo
- constricción de los vasos sanguíneos de la piel
- aumento significativo de la excreción de orina.
Las consecuencias inevitables de estos efectos de la inmersión son la pérdida significativa de líquidos. En los ancianos, esto puede tener un efecto particularmente desfavorable, ya que, a menudo, tienden a beber menos de todos modos. Especialmente en verano o en un (sub)clima tropical, la deshidratación puede ocurrir rápidamente y causar serios accidentes de buceo. La "sangre espesa" no puede contribuir adecuadamente a la eliminación del gas inerte. Estos efectos de la inmersión son especialmente arriesgados para el sistema cardiovascular. El desplazamiento de fluidos hacia el centro del cuerpo obliga al corazón a bombear más rápido. Si la circulación a nivel de la piel se reduce, el corazón tiene que trabajar contra una resistencia aún mayor.
Las posibles consecuencias directas son:
- hipertensión aguda
- trastornos circulatorios del corazón
- disparo de arritmias cardíacas
- disnea aguda
No sólo aquellas enfermedades del corazón preexistentes pueden conducir a situaciones graves de riesgo para la salud durante el buceo, sino también el aumento del riesgo por ahogamiento, así como de muerte súbita.
- elige inmersiones más cortas y menos profundas
- respeta las paradas de seguridad y emplea velocidades de ascenso lentas
- reduce las inmersiones sucesivas
- utiliza Nitrox en vez de aire como mezcla respirable
Hidrátate suficientemente antes de bucear.
SUGERENCIA: una buena salivación es un signo de buen equilibrio de fluidos.
- No desafíes intencionadamente tus límites de rendimiento físico
- Evita el estrés mediante la práctica de un buceo relajado
Es la edad biológica que cuenta y no la edad real.
A partir de los 40 años, el examen médico anual para la aptitud de buceo debe ser más profundo y aun más centrado en el "buceador mayor", después los 55 años de edad.
Tu cuerpo le lo dirá. La edad real no es decisiva.
Cuando se trata de la salud, cuando el cuerpo envía sus propias señales de que el buceo no le sienta bien o la sensación de permanecer bajo el agua se vuelve desagradable, entonces ha llegado el momento de reconsiderarlo.
No necesariamente. Sin embargo, se puede reducir significativamente el riesgo de enfermedad por descompresión si se mantiene una hidratación adecuada antes de bucear.
Los cambios en los pulmones, en una edad mayor, teóricamente aumentan el riesgo. Este riesgo se puede reducir ascendiendo lentamente y el uso de paradas de seguridad.